LOS ELEMENTOS QUE FORMAN LAS ARTICULACIONES
Si observas una marioneta, te darás cuenta de que cada brazo y cada pierna están formados por varias piezas. Estas piezas están unidas al tronco y entre sí por un cordón o una goma, de modo que, al tirar de los hilos, se doblan unas sobre otras y se mueven. Los huesos de nuestro esqueleto también están unidos entre sí. Pero, ¿qué es lo que los une?
En cada articulación, además de los extremos de dos huesos, existen elementos que mantienen unidos estos huesos y que, como en una marioneta, impiden que se separen demasiado o que, al moverse, choquen al deslizarse uno sobre otro. Algunas de las estructuras que mantienen los huesos unidos son:
- Los ligamentos: Son como cordones o láminas muy resistentes de color blanco, que se extienden de un hueso a otro e impiden que estos se separen.
- El cartílago articular: Es como una pequeña almohada elástica que recubre parte del extremo de los huesos que forman la articulación. Este cartílago permite que ambos extremos se deslicen con suavidad y evita que se desgasten.
- La cápsula articular: Los extremos de los huesos están recubiertos por una membrana que los envuelve y que evita que se separen. Esta membrana se llama cápsula articular. En el interior de esta cápsula queda una cavidad, llamada cavidad articular, en la que se localizan los extremos de los huesos, cubiertos por el cartílago articular. Dentro de esta cavidad hay un líquido, el líquido sinovial, que sirve para alimentar al cartílago articular y favorecer el deslizamiento de las superficies articulares.
LOS TIPOS DE ARTICULACIONES
La articulación del hombro, es decir, la unión del húmero con el omóplato, permite que tu brazo se mueva hacia arriba, hacia abajo, hacia delante, hacia atrás y hacia los lados. Los movimientos de esta articulación son muy amplios y en todas las direcciones. En la articulación de la cadera, la unión de la pelvis con el fémur, ocurre lo mismo, tu pierna tiene una enorme amplitud de movimientos. Sin embargo, no todos los huesos que se unen pueden moverse en todas direcciones. Estos pueden articularse de tres formas distintas:
- Articulaciones móviles: Permiten que los huesos puedan realizar grandes movimientos. El hombro, las caderas o las rodillas son ejemplos de articulaciones móviles.
- Articulaciones semimóviles: Los cuerpos de las vértebras se unen entre sí de forma que sus movimientos no son muy amplios. En este tipo de articulaciones los huesos se unen de forma que solo pueden realizar pequeños movimientos.
- Articulaciones inmóviles o fijas: Los huesos de la cabeza, que forman la caja del cráneo, se unen como si estuviesen ‘pegados’. En las articulaciones inmóviles los huesos están firmemente unidos y no pueden moverse.
¿QUÉ LE OCURRE A MIS ARTICULACIONES?
¿Has oído hablar de los esguinces? A veces, una caída o un movimiento muy forzado producen un estiramiento exagerado de los ligamentos o de la cápsula articular. Entonces se produce dolor, y la articulación se hincha. Por lo general, para recuperarse, suele ser suficiente inmovilizar o dejar en reposo la articulación.
A veces, el daño sobre la articulación es mayor. La cápsula o los ligamentos se rompen o el estiramiento es muy importante. Esto da lugar a una separación anormal de los extremos de los huesos que forman la articulación o incluso a que uno de los extremos se salga de la articulación. Cuando esto ocurre, decimos que hay una luxación. En este caso, será necesario recolocar los huesos e inmovilizar la articulación.

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